Semana 4
Bitácora 4
karen Ardila
Análisis de textos
CONSECUENCIAS DE NO IR A CLASE
Han pasado 6 días, 144 horas, 8.640 minutos, 518.400 segundos y aun no sabia que tenia que hacer exactamente con la información dada en clase.
Igual que la ultima vez, me encuentro a ultima hora haciendo este trabajo, y es que realmente el tiempo parece ilimitado y tal vez no lo sea, pero debo admitir que no es mi fuerte hacer este tipo de trabajos. Aun así quiero ser mejor cada día, y quiero dejar lo mejor de mi en estos trabajos, así que no importa la hora ni las circunstancias con tal de que lo haga consciente y con mucho amor.
Así que después de acostarme algo tarde, pero cumpliendo con mi deber ansiaba llegar a clase para conocer los resultados de mi trabajo y tener una retroalimentación, pero las cosas no salieron como las planee. Levantarme temprano y apurarme en salir no sirvieron de nada ya que el bus nunca paso.
¡Como te quiero, Bogotá!, después de una buena espera, decidí devolverme a mi casa, no pude llegar a clase... y acá estoy un poco desorientada con lo que realmente hay que hacer y lamentándome no tener la información que hubiera podido recibido en clase.
Sin importar esta situación, intentare resolver la actividad como yo entiendo deberíamos hacerlo...
Estamos en coma (1)
Por Jairo Valderrama
Alguien ha dicho que la coma es un punto que se dejó crecer el cabello. Aparte de esa gráfica y simpática broma, quizás sea este, la coma, el signo más recurrente de los escribientes. Por lo regular, cualquier pausa en el ritmo lleva a que muchas personas, al detener momentáneamente el bolígrafo y suspender los dedos sobre el teclado, marquen por acto reflejo ese signo, “sin querer queriendo” (como diría el humorista Roberto Gómez Bolaños); pero con ello se comete una infinidad de desatinos.
Aclaro que la puntuación, junto con el significado de las palabras, proporciona un sentido particular a las frases u oraciones. Omitir un signo determina una idea; marcarlo entraña otra. Entonces, con la intención de compensar (así sea en pequeñas dosis) la ilimitada y gran generosidad de ustedes, paso al siguiente comentario: se trata de un uso particular de la coma (habrá otros, en las próximas semanas).
Cuando en una oración se incluye un dato para precisar alguna particularidad y este se enmarca entre comas, a eso se le llama “inciso explicativo”. Si este inciso explicativo se omite (casi siempre solo mentalmente), la idea de la oración debe permanecer intacta. Ejemplos: 1. El director de Misi Producciones, Felipe Salazar, inauguro la sala Maria Isabel Murillo / 2. La fundadora de Misi Producciones, Maria Isabel Murrillo, falleció hace un año.
Noten que los incisos están subrayados (solo para precisarlos). En estos casos, siempre deben marcarse las dos comas. Si los incisos (que son datos aclaratorios, nada más) se suprimen, las oraciones deben conservar su sentido; eso prueba que las comas (¡las dos!) están correctamente marcadas: 1. El director de Misi Producciones inauguro la sala Maria Isabel Murillo / 2. La fundadora de Misi Producciones falleció hace un año.
En estas dos últimas oraciones, ya se sabe a quiénes nos referimos. Pero, si queremos dar el nombre de las personas que ocupan esos cargos, entonces los incluimos como inciso, en caso de que alguien los ignore. Inclusive puede cambiarse el inciso (el sujeto pasa a ser inciso, y el inciso, sujeto): 1. Felipe Salazar, el director de Misi Producciones, inauguro la sala Maria Isabel Murillo / 2. Maria Isabel Murrillo, la fundadora de Misi Producciones, falleció hace un año.
Si se suprimen estos incisos, también la oración conserva el sentido (aunque dejemos de mencionar el cargo de cada uno): 1. Felipe Salazar inauguro la sala Maria Isabel Murillo / 2. Maria Isabel Murrillo falleció hace un año. Y eso puede hacerse porque, en cada caso, uno es el otro, y el otro es uno. ¿Entendido hasta aquí?
Ahora probemos con dos ejemplos más: 1. A la estudiante de teatro musical, Karen Ardila, no le gusta hacer trabajos / 2. El jugador de baloncesto, Kobe Bryant, se estrello en su helicóptero. Aquí, ya tenemos subrayados los incisos.Ahora vamos a suprimirlos. Si el sentido en las oraciones es claro, las comas estarán correctamente marcadas: 1. A la estudiante de teatro musical no le gusta hacer trabajos / 2. El jugador de baloncesto se estrello en su helicóptero
Ahora preguntamos: ¿Acaso solo hay una estudiante de teatro musical, y esta sola estudiante se llama Karen Ardila? ¿Acaso solo hay un jugador de baloncesto, y este solo jugador se llama Kobe Bryant?
El sentido común nos dice que no. Al marcar esas comas así, se está diciendo (de manera implícita) que solo hay una estudiante de teatro musical y que solo hay un jugador de baloncesto. Por tanto, en esos casos se escribe de largo, sin comas: A la estudiante de teatro musical Karen Ardila no le gusta hacer trabajos / 2. El jugador de baloncesto Kobe Bryant se estrello en su helicóptero.
Solución:
A diferencia del director Felipe y de la fundadora Maria Isabel, en estos dos últimos casos uno no es el otro, ni otro es uno. Sencillamente, hay más estudiantes y más jugadores. Todo esto se arregla cambiando el orden: 1. A Karen Ardila, la estudiante de teatro musical, no le gusta hacer trabajos / 2. Kobe Bryant, el jugador de baloncesto, se estrello en su helicóptero.
Ahora, suprimamos, así sea mentalmente, los incisos para verificar que las comas han sido marcadas
correctamente: 1. A Karen Ardila no le gusta hacer trabajos / 2. Kobe Bryant se estrello en su helicóptero.. ¿Entendido?
Siempre:
Si hay un inciso (dato aclaratorio), suprímase mentalmente este para verificar si la oración conserva el sentido; si no es así, la oración es incorrecta. Según ese sentido que se busca y para estos casos, se marcan las dos comas o, definitivamente, no se marca ninguna: marcar una sola coma es matar la oración.
Seguimos en coma (2)
Muy pocas personas alcanzan a distinguir entre “Juanito come legumbres a diario para crecer sano” y
“Juanito, come legumbres a diario para crecer sano”. La diferencia: una coma.
Hace dos semanas tratamos el uso de la coma referente al inciso explicativo. Con respecto a este asunto, una aclaración: nunca debe separarse con coma (ni con ningún otro signo) el sujeto del predicado. Si vamos a escribir que el reconocido y premiado médico grecorromano de la universidad donde se descubrió la vacuna contra la amnesia llegó a Bogotá, pues debe escribirse: “El reconocido y premiado médico grecorromano de la universidad donde se descubrió la vacuna contra la amnesia llegó a Bogotá”. El sujeto es el ejecutor de la acción (“el reconocido y premiado médico grecorromano de la universidad donde se descubrió la vacuna contra la amnesia”) y el verbo (“llegó”) es la acción ejecutada. Jamás debe marcarse signo alguno entre estos, sin importar la extensión. Podemos escribir: “Carlitos lloraba”, donde el sujeto es “Carlitos” y el verbo, “lloraba”. Noten: tampoco hay coma entre estos dos.
Luego de esta aclaración, sigamos (porque “seguimos en coma”). El siguiente uso de este signo se refiere de manera literal a las palabras con que nombramos (nominamos) a una persona o a varias, o a seres personificados. Cuando pretendan definir el concepto “Sol” ante alguien que nunca lo ha visto ni sentido, se recomienda llevar a esa persona a un lugar donde pueda ver y sentir el Sol. Por tanto, procederemos de manera similar, no tanto con la grandeza del Sol, pero sí al menos con algunas lucecitas, que funcionarán como ejemplos.
Cada vez que nos dirigimos a una persona (personas o ser personificado) y la nombramos, esa palabra se llamavocativo: “Ya que vas a la panadería, Juan, por favor trae un pastel de cumpleaños”. El vocativo es “Juan”, porque con esa palabra nos dirigimos a una persona llamada así. Si hubiésemos acudido a un apodo (cariñoso en este caso), también este sería vocativo. “mi vida , ya que vas a la panadería...”.
Todo vocativo debe separarse del resto de la oración por coma: después, antes y después o solo antes, dependiendo de dónde lo situemos. “mira, Juan, compré un celular”, “Juan, mira que compré un celular”, “mira que compré un celular, Juan”.
Ese uso de la coma vale también para apodos, alias, cargos, apelativos, rangos, grados, etc., siempre y cuando le hablemos a alguien, ¡que es distinto a hablar de alguien! Más ejemplos: “Vamos por acá, Shakira, a conocer mi casa”, “parece, profesor Cobos, que llegaré algo tarde a la clase”, “¿Tiene hambre, chino?”.
Continuamos en coma (3)
Cuando se escribe “Él pinta la botella y ella la tapa”, apenas algunos lectores precisan si “ella tapa... la botella” o “ella pinta...la tapa”. Para eso sirve conocer el uso de la coma elíptica.
“Después de que la joven ensayara con la barra, el fin de semana, subió Monserrate” es una oración que presenta confusión porque se ignora qué sucedía el año pasado: ¿la joven ensayó con la barra? o ¿subió Monserrate?
La solución es sencilla. Si deseamos decir que la joven ensayó con la barra el fin de semana, debe suprimirse la coma después de “barra”, y nada más. En cambio, si la intención consiste en indicar que el fin de semana subió Monserrate, pues se suprime la coma después de la palabra “semana”. Definitivamente: nunca antes fue tan fácil aprender a marcar comas correctamente.
Centrémonos ahora en el siguiente uso de la coma, después de tratar (espero que los recuerden) los casos del inciso explicativo y del vocativo. En esta oportunidad, la aplicación de este signo consiste en reemplazar verbos no expresiones verbales; es muy fácil. Y para personas de mente tan abierta, esta exposición no constituye ningún inconveniente. ¿Cierto?
Se trata de la llamada “coma elíptica”. Como recordarán, el elemento esencial en una oración es el verbo conjugado con sentido completo. Si este falta, equivale a que a una persona le falte su cabeza. Sin embargo, ese verbo o esa acción pueden reemplazarse por una coma, la elíptica. El caso se da sobre todo cuando hay dos oraciones seguidas y se omite el verbo en la segunda. Ejemplo sencillo:
“ Adriana canta en el teatro y David, en el estudio”. Hay dos oraciones, unidas por la conjunción “y”; pero en la segunda se ha suprimido el verbo para no repetir “canta”, y en ese lugar se marca la coma elíptica, justo después de “David”. La coma en esa segunda oración equivale a decir “canta”. Miren la oración de nuevo.
La intención, entonces, consiste en evitar la repetición verbal y, al mismo tiempo, añadirle más fluidez a la expresión.
Recuerdo los usos de la coma hasta ahora tratados aquí: el inciso explicativo, el vocativo y este, el de la coma elíptica (que reemplaza el verbo o la expresión verbal). Hemos tratado tres casos.
Para cerrar esta explicación, tomemos el ejemplo que encabeza este escrito, el de la botella y la tapa. Si se marca coma después de “ella”, entonces ella pinta la tapa. Si deseamos afirmar que ella tapa la botella, no se marca coma.
El despertar de la coma (4)
En una enumeración de elementos comunes, nunca debe marcarse coma antes ni después de la y.
De nuevo, gracias a todos los lectores por acogerse de manera paciente a la exposición (muy sucinta) de estos básicos usos de la coma. Luego de este, vendrán otros textos con temas diversos; pero, a petición de muchas personas, hemos tratado de satisfacer las demandas de mayor urgencia en la escritura. Y el uso de la coma es una de estas.
Recordamos los casos que ya hemos tratado: inciso explicativo, vocativo y coma elíptica (la que reemplaza una expresión verbal). En esta oportunidad, nos centraremos quizás en el uso más fácil para casi todos los escribientes: la enumeración de elementos que comparten características. Ejemplo: “Hanna, Nicole, Neyla y Adriana no llegaron nunca a la casa”. Atención: ni antes ni después de la y se marca coma (por supuesto, tampoco entre “Adriana” y “llegaron”, porque quedarían separados sujeto y predicado, un error garrafal).
Aparte de los nombres propios, también es posible separar con comas otro tipo de elementos, como adjetivos, verbos o sustantivos comunes, entre otros.
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